Le decía a S que probablemente le
sigo cayendo bien, porque no me conoce del todo, no conoce mis momentos
turbios, esos que quisiera pasar de largo. me ha dicho que así pasa con todos,
que es muy difícil conocer realmente a una persona. Sobre todo ahora.
Si de pronto despertara
conociendo a las personas que me rodean, creo que sería un día horrible.
Por más que trato de acelerar el
ritmo, la ciudad sigue sobrepasándome, no logro encontrar el equilibrio
adecuado entre verte con la calma que te mereces y encontrarte con la
rapidez que quisiera. en algún momento tendremos nuestro equilibrio, porque no
todo puedo ser tan malo si sigues apareciendo esporádicamente. Mis notas se
tornan breves bocetos de tu rostro, tu cabello creciente se inmiscuye en los
pendientes del día. Nadie entendería lo importante de asignar notas de lo que
acontece. No, no es una desconfianza absoluta de la tecnología, pero es tan
frío y de prisa que no puedo disfrutar todos los matices que me traes.
De pronto todo se ha vuelto una
veda absurda de acontecimientos, ya no tengo permitido si quiera figurarme la
vida. Solo queda estar calmo, disfrutar los tragos amargos del café, los
calores desesperantes y todo el tráfico. Aun así, después de todo esto, tengo
la esperanza de coincidir en un andén del metro, con las personas corriendo en
direcciones distintas, tener un breve tiempo para apenas darme cuenta que
sonreímos como idiotas. después de todo este tiempo, creo que no término por
acostumbrarme a estar conmigo, no quiero decir que es del todo agradable, hay
días en los que le tengo breves momentos donde puedo alejarme un poco y pensar
que la historia es distinta.
tengo bien en claro que por las
noches antes de dormir probablemente me diriges alguna mirada entre la
ferocidad de la ciudad que de vuelca a tu ventana. Sorteando cada vez una
suerte más difusa, sé que se aproxima un instante donde todo será diferente, no
importara la hora del día, ni el día de la semana para decirte lo que he estado
esperando para reconfortante en tus ojos, en tu mirada.
he dejado gradualmente de tener
sueños alucinantes, poco a poco la imaginación se va ahogando en el cansancio.
En momentos de lucidez, tu silueta se escabulle por mi ventana, mueve algunos
pinceles y desaparece. Sé que te he visto más de una vez en distintos lugares,
pero este destierro estúpido es una salida fácil. En algún rincón de la ciudad,
donde la marginación se acumula, probablemente es ahí a donde debemos dirigir
la velada de nuestros intereses huecos. Si, te he llamado más de una vez, pero
también he cambiado el número para no molestar. Así. Que este tono de error es
lo más cercano que podemos estar. Las últimas noches incluso he no soñado. Mi
padre viendo mi preocupación me ha dicho que hay unas pastillas para soñar,
algo de mi atención difusa fue lo que entendió.