Es 1993 y de pronto hay un furor
absurdo por la imagen y actitud de tipo rudo, poco a poco se expande por las
regiones hispanas. En parte se debe a la película sangre por sangre; en parte a
la cultura de las calles. Los tipos malos y rebeldes por fin son el objeto de
admiración, el modelo a seguir y se vuelven los tipos cool. Ser malo, rudo y
malhablado es ahora un símbolo al cual añorar.
Los tipos dentro de esta
corriente se vuelven un grupo de poder, ser bully es cool; ser bulleado no
tanto. Los que sufren de acoso y molestias son grupos distintos por igual, pero
dentro de esos grupos existen personas listas que enfocan su ira después de ser
acosados, molestados y golpeados a planes futuros, a tener buenas notas, a
salir de este ambiente. Aspiran a tener buenos empleos con magníficos sueldos y
ser de pronto los jefes de esas personas que abusaron de ellos durante tanto
tiempo; el rol cambia, ahora ellos abusan, pero en otro sentido, en exceso de
trabajo, jornadas largas, sueldos breves y demás situaciones precarias que
generan un circulo vicioso.
Su plan no da resultado. Dentro
de la cultura del 93 (AKA Sangre por sangre: el efecto en el bullying y demás factores
culturales) el trabajo dignifica al hombre. No importa que tan malas
condiciones se tengan, el esfuerzo continua, la paga sigue llegando. Esto
vuelve locos a los grupos de poder intelectual, no encuentran la manera de
vengarse, más bien, no logran que las personas de las cuales se están vengando,
noten que es una venganza.
Hay una convención. Hay consternación,
no saben lidiar con la ineficiencia del poder, hay discusiones acaloradas, pero
no llegan a nada. Hay un receso y de pronto surge un plan. Varios de los
asistentes son miembros de la RAE, así finalmente después de mucho, llega su
venganza:
Oficialmente Vato se escribe ahora Bato
Pero en inthehood el feeling es
el mismo. Vato. Sigue teniendo el espíritu de los pantalones tumbados y la
playera holgada. Incluso cuando lo pronuncian, siguen teniendo la V en la
mente.