Una mirada mas de cerca

31.12.14

strange mercy

Me agradan las maneras distintas que toma tu presencia, como cuando vamos de regreso a casa y tu mano me acompaña a la par mía; otros días cuando el tráfico y la gente, que presurosa abarrota la paciencia, te haces presente en los espacios dándoles un aire extraordinario; cuando la lluvia en las ventanas y los tejados vecinos, eres una especie de calma que reconforta la habitación; en las noches que se valen de las luces para mostrarse imponentes,  te haces presente entre los vacíos urbanos donde las estrellas se dejan ver a primera instancia; entre los balcones que reflejan las calles del centro y los regreso abruptos, estás y eso simplemente basta.

27.12.14

Estamos


I
Yo sé que muchos te han siempre dibujado, quienes cantando a tu oído con una voz clara dicen que te quieren, incluso quienes se apresuran a tus brazos llegan a tropezar con ellos.
Me gustaría tener la certeza de excluirme, pero sé que no es así.

Entre el vaivén de transeúntes, camiones y autos; entre los edificios con fachadas desgastadas, las horas fugándose y los rezagados  haciendo el balance de la semana. La iglesia cerrada con las luces por toda la fachada y los candados puestos. Todos esos reflejos en los vidrios vecinos y ninguna familiaridad.

II

De pronto todo pareciera una ficción incontrolada, una ficción a la cual se le han planteado de lleno los parámetros iniciales y se le ha dejado correr con libertad, jugando, alterando y equilibrando las situaciones.
Entonces: tu voz en la oscuridad, tu mano entre los peatones, tu voz entre la multitud, adiós huida, tu mensaje mensaje.

Luego uno se encuentra con la plaza desocupa, el museo con la calma de un domingo y la amabilidad desconcertante de los pocos seres errantes.

III

De pronto tengo una ansiedad incontrolable y la idea me embiste por enésima ocasión, son casi las 4 y debería irme a dormir, pero dormir es algo que no quiero en este momento. La luna se ha esfumado hace unos días y justo se encuentra en el proceso de reaparecer. Lo único que quiero es escucharte y que me narres lo que sea que esté sucediendo.

Luego tengo un momento de claridad y la ansiedad parece tomar una dicción.

A momentos temo quererte tanto que incluso pueda abrumarte, ya sabes, como cuando pones demasiada agua al árbol que está bajo tu cuidado y termina por caer frente a ti. es la misma corrosión proveniente de la humedad constante la que me mantiene despierto, el hilo de tu voz es una travesía en aguas tranquilas, que con ciertas lagunas no puedo evitar añorar.


No me queda en claro la obsesión que solemos hacernos alrededor del agua, pero a estas alturas no quiero desviarme con existencialismos; tu voz sigue flotando por toda la sala, invade parte del comedor, lentamente se filtra por debajo de las puertas. Los perros en el patio se dan cuenta de la situación y tratan de advertir, pero es demasiado tarde: justo llegas hacia ellos. Calmos se recuestan y terminan de hilar el final.

17.12.14

Tus Sueños.



Lo normal es un martes, la llovizna, los baches, las demoras y demás situaciones mundanas. Por tu parte: las viejas historias, los recuerdos olvidados en los baúles, el ser cursi ( me disculpo por eso y referente a ello, quisiera aclarar que no es siempre, sino que la situación es que tengo muchas ganas de hacerte feliz, pronto tendré alguna especie de equilibrio entre el ser cursi y ser un tipo no cursi),  una fascinación que no consigo comprender del todo ( ¿y quién lo necesita?) unos pasos mal coordinados mientras la sombrilla va golpeando las ramas de los árboles.

Las mismas calles del centro, que claramente van tomando otro contexto que no consigo comprender.


Las hojas futuras de los calendarios con destinos inciertos y planes concretos.

16.12.14

Esta nota habla de cómo trato de explicarle a hemingway que te quiero, todo esto en medio de un barco con rumbo perdido al cual se le aproxima una tormenta; La cual diezma la tripulación pero deja en claro el audaz espíritu de supervivencia de hemingway. Todo esto ocurre mientras dormimos con gesto apacible en una ciudad lejana y nadie sospecha que te quiero, porque en esos temas nunca debería existir sospecha.

No tengo en claro como comienza todo, pero estamos en alta mar y están Luis, hemingway y demás, hay un lugar al que le tengo pavor, es un salón donde aparece una anciana. El salón tiene una duela que cubre toda el área, un candil cuelga en el centro de la habitación y es el que ilumina la misma. Afuera el sol se va ocultando, va en una caída lenta en la dirección opuesta a nuestro destino. No puedo recordar lo demás.
Hemingway da un brinco por la borda, comienza a nadar entre las olas suaves que tiene nuestro alrededor, sus brazadas enérgicas lo mantienen a la par del barco, dentro la gente sigue con la calma de no ver la marea.

Los fantasmas se hacen presentes y todo comienza a empeorar. La presión del agua comienza a romper las ventanas de los camarotes, todos caemos como en una coladera, el candelabro central hace un hueco mayor en la duela y todos comenzamos a deslizarnos irremediablemente.

Aquí en específico solo recuerdo el agua entrando violentamente por la nariz, un frío espantoso, una humedad absurda, madera flotando y la soledad del océano (vaya drama).

Dentro de poco anochece (de nuevo) y Hemingway arriba tranquilo, y se pone junto a mí. Yo procedo a explicarle que no entiendo como se ha jodido todo, que el aura tan tranquila que teníamos es lo que ha terminado por hundirnos. El ríe brevemente, voltea a ver la luna imponente sobre nosotros, enseguida me dice que es el destino de las cosas, la naturaleza todo lo jode. Sus palabras me dejan pensando unos momentos más, me dejan abstraído de la humedad, de la fatiga y de lo absurdo de todo; tu risa me golpea de improviso, tus manos y una imagen breve de ti volteando para otro lado.

Entonces ahí me tienes, en medio del océano, en un naufragio fallido, junto a Hemingway, con la jodida naturaleza  y tu recuerdo como aminorando el drama. le digo que te quiero, que simplemente no tiene sentido nada, ni siquiera lo anterior descrito, le digo que él está muerto, que hace años de ello y que siquiera pudiera entender lo que dice, sería un fallido intento más, pues tengo una certeza racional de que él no es él.

Al final, solo se carcajea enérgicamente y me lanza unas palabras finales: las cosas son lo que uno cree.

Como conclusión entonces puedo decir sin temor a equivocarme que:
1-      Te quiero.
2-      Hemingway está muerto

10.12.14

Hiding neath my umbrella

Tengo un extrañamiento para contigo –léase te extraño y te anhelo- y justo ahora, soy un iluso árbol esperando el próximo amanecer, estoy en los finales del ocaso y cada despedida promete un nuevo encuentro. Aunque ciertamente hay promesas que suelen no cumplirse, como quien queda con los conocidos a los cuales ha visto por casualidad en una calle poco transitada y sabemos se mienten con la promesa del próximo encuentro. Pero ahora tengo la certeza de que contigo es diferente, pues el sol es la promesa por excelencia y justo ahora dude, tú eres mi sol. –lamento lo burdo de la comparación, pero así es con el extrañamiento, le hace a uno ser de lo más ajeno-


al final, ni ajeno, ni extraño, te espero.

Monterrey V

El paso lento, la marcha invariable que se adentra en las calles sobrevivientes durante una multitud de temperaturas. Dar la vuelta en la esquina adecuada puede significarlo todo, la gabardina detrás de tu espalda que intenta escapar. La formas sinuosas ocultas entre el ver y la soledad, el paso firme se mantiene, avanzando distancias breves en tu dirección. El choque inminente; querida solo hay una dirección, la vida nos va a devorar. No dejará rastro alguno de nuestro pesar, ni los dilemas absolutos, ni que profesar. Todos alrededor parecen no comprender los ciclos de nuestro oleaje. Somos una balsa errante en este mar de desconocidos.

Esta parte de la ciudad ha perdido el encanto con el paso de los años, pero justo has traído un nuevo aspecto, incluso podría considerarlo una ciudad completamente desconocida, las luces se encienden a cada paso, hay una vida nocturna que se mantiene sorteando de bar en bar; pero querida, aunque todo parece tener una pinta diferente, la situación sigue siendo la misma: yo sigo en este café esperando que por mera casualidad aparezcas entre los peatones, que pongas una pausa a todas estas conversaciones ajenas y que por un momento todo carezca de sentido; por tú parte, sigues en algún espacio que todavía me sigue siendo desconocido, sorteando las mareas de trabajo y lidiando con la misoginia que implica.

9.12.14

Libido lívido

Me he amoratado después de besarle, me he amoratado después de siquiera cruzar alguna palabra entre el frío que de pronto se hunde hasta los huesos, esa sensación térmica cuando todo acrecienta. Unos cigarrillos a medio consumir, en la esquina de una pizzería. La lluvia imprevista como abril. Los vehículos y multitudes masas entre la noche furtiva y tu mirada certera.

De pronto me vi como una bestia salvaje, con la mirada perdida enfocando los tonos y los ecos perdidos de todos los errantes por naturaleza. Comprendí la estupidez inherente a mi persona. Ser un desorientado, un errante empedernido.


Me ha machado de un golpe, sin siquiera masticarme; un trago largo entre suspiros y cabellos. La nieve sigue cayendo como una ficción más, de hecho si me lo pienso bien, todo parece como no real: la nieve, los bares, sus manos, los momentos de abstracción – que de pronto era lo viable-, la gente y las no-palabras.


2.12.14

Let me forget about today until tomorrow.



De alguna manera, somos toda esa amalgama de memorias y esperanza que se va derramando lentamente, manchando el vidrio del aparador mientras la vida continua con el ritmo que le caracteriza. Nadie ha venido a limpiar nuestros desastre y cada intento suelo estropearlo más, incluso he resbalado un par de veces, pero me levanto enseguida pretendiendo que nadie me vio. Al final del día solo yo tengo el conteo total de las caídas y tropiezos, el saldo de heridos en la periferia; incluso hay algunos que piensan que he estado haciéndolo a propósito y ahí, tirado entre todo el desorden a medio pasillo, les digo que me agradaría poder pensar así.

Las últimas instantáneas del primer lugar en el que te vi tienen los colores errados, los girasoles han cambiado medio tono, tu blusa morada ha de tener un tono que asemeja un rosa inexistente; los chicos que paseaban alrededor parecen tener caras verdosas, y para variar no consigo identificarme del todo dentro de ese cuadro absurdo. Probablemente en ese momento dejé en claro salir en el último momento y quedarme con una imagen no perturbada de ti en ese lugar, que ahora no tiene ningún significado.


No he dado oportunidad alguna a la contestadora. Apenas he visto su nombre en la pantalla, sabía que la llamada era para mí. La zona de guerra parece tener una tregua absurda entre las ventanas de lo que solía tener por certeza. Me he perdido tantos días a lo largo de este año, tanto tiempo dormido y como no sabiendo bien quien soy. La inercia idiota de creer que se necesita algo más pa´ ser feliz; todo es un álbum que no se termina de llenar.