Rutina
La estructura mínima del alma.
La rutina no es un loop: es un ensayo diario del ser.
Si tienes alguna imagen cotidiana que captó tu atención, puedes compartirla a
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1. Algo que puedas VER 👀
Graba en video 60 segundos de tu rutina más aburrida.
Lavarte los dientes. Tender la cama. Esperar que se caliente el microondas.
Velo como si fuera una escena de una película sobre tu vida.
Agrega música épica o melancólica.
Reprodúcelo.
—¿Sigue siendo aburrido?
La rutina vista desde afuera es un ritual. Vista con música, es arte. Vista con atención, es una declaración.
2. Algo que puedas TOCAR ✋
Toca el suelo justo al despertar. Con intención.
No lo pises como siempre.
Arrodíllate, si puedes, y coloca ambas manos.
Di en voz alta:
“He vuelto. Soy yo. Y esto no es ayer.”
Aunque lo parezca.Cada mañana es una nueva primera vez con máscara de repetición.
3. Algo que puedas ESCUCHAR 🎧
Crea una “alerta sonora” para ti.
Elige un sonido específico que reproducirás todos los días a la misma hora (un timbre, una campana, una nota).
Cuando suene, detente, respira, y pregúntate:
“¿Estoy repitiendo o reaprendiendo?”
Lleva registro.
Vas a notar que nunca eres la misma persona que escuchó ese sonido el día anterior.
4. Algo que puedas OLER 🌿
Aromatiza tu rutina sin sentido lógico.
Elige un aroma para una hora del día que no lo requiere:
– Lavanda para limpiar correos.
– Incienso para barrer.
– Colonia para estar solo.
Enciéndelo. Huélelo.
Haz de lo mínimo un acto sagrado.
El olor también puede ser un lenguaje secreto que solo tú entiendes
5. Algo que puedas SABOREAR ☕
Imagina que hoy es tu última cena… pero también la primera.
Prepara (o consigue) una comida sencilla que repetirías todos los días si tuvieras que reiniciar el mismo día para siempre.
No elijas por gusto, sino por significado:
– ¿Qué alimento podrías convertir en símbolo de tu propósito?
– ¿Qué sabor podría contener tu historia?
Coloca ese alimento en un plato especial (puede ser una hoja, una caja, una tapa, cualquier cosa distinta al plato de siempre).
Antes de comerlo, di en voz alta:
"Si hoy se repitiera mil veces, este sería mi acto de resistencia."
¿Y si el sabor no cambiara… pero tú sí?
Saber lo que comes es saborear quién estás siendo.
Bonus:
Rompe una rutina mínima de forma creativa.
Pero no para escapar: para reencantarla.
Ejemplos:
Vístete con los colores invertidos.
Escribe con la otra mano durante media hora.
Cena en el piso.
Lávate las manos cantando algo que amabas de niño.
Hazlo solo una vez, pero hazlo como si fuera el primer día de tu vida.
La rutina no es el enemigo. Es el telar. Tú eres el hilo. Y cada día, aunque parezca igual, puede ser tejido con otro color.
Si te gusto puedes compartir con quien gustes y si no, pues no.
hasta el siguiente viernes!