Recuerda los días venideros, las
tramas absolutas sobre lugares específicos, las conversaciones llenas de
cafeína y cigarrillos, el cotilleo en los puentes y ver a las personas menos
agradables caminando como amigos de toda la vida.
Hay huecos en la ciudad que van
llenando de palabras pendientes, de todas las frases cortadas y breves
interrupciones que nos suceden, como por ejemplo el sábado lleno de trafico
mientras el receso sucedía a la par.
Recuerda.
Eso, el vagar. No hay más.
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