Un vals lento entre caras poco
familiares, la tarde de un lunes mientras las nubes se acumulan. Esquivando las
voces que aún no reconocemos, contemplando el silencio de nuestra soledad. El
encuentro más fortuito que he tenido en semanas, la sonrisa más sincera que me
ha golpeado y unos abrazos que no parecen terminar. Esta ciudad siempre ha sido
tan tranquila, pero es un secreto difícil de guardar.
Del otro lado una deriva que
acontece durante la nada, y entre la sincronía
de los andantes hay un silencio que no logro recordar. Tu voz es el faro de mi
naufragio, tus labios mis playas destino a perecer y entre tu ojos mi oasis
toma forma.
No hay una claridad más absoluta
que tu rostro.
1 comentario:
te la bañaste, que bonito éste.
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