¿Me
pregunto por qué alguien querría ser mi amigo dos veces?
En
la segunda habitación, entrando a la derecha; justo después de cerrar levemente
la puerta un gato me da la bienvenida y la amabilidad menos esperada. Cualquier
con modales sabría cómo responder brevemente, pero soy un imbécil, he dejado de
largo algunos comentarios referentes al clima.
No
estoy hablando de la sensación saturada de disfrutar mi manera irritante, ni
los pocos modales de atención que suelen reclamarme a primera instancia; específicamente
el lidiar con el hecho de que simplemente existen personas que no disfrutan la compañía
de otras personas, justo ahí me situó ante la vida, pero en el sentido
contrario. A las personas que me interesa conocer, nunca les interesa la interacción
con otras personas. Eso me encanta. O simplemente no les interesa mi interacción,
lo cual tendría todo el sentido del mundo.
En
otro plano está sentada justo detrás del escritorio, las manos se mueven rápidamente
como rayos sobre mi esquela, se llena y de pronto hace algo como “contacto
visual” y no me importa, no puedo percibirlo del todo. Atrás, las paredes
blancas, las fotos de las vacaciones y algunas más, los post-it- aquí hay una
ruptura de lo visual, pues de golpe hay una pregunta, como siempre, no tengo
idea de lo que acaba de decir, pero las pupilas dilatadas, la taza medio vacía
y el golpeteo constante de sus zapatos me dan el margen necesario para saber
que esta alterada con la cafeína en su sistema. Simplemente queda decir
comprendo y hacer contacto visual.- después la silla y los botes de agua,
algunas plumas del Dr. seuss
Supongo
que la gente siempre vive alienada.
Cuando digo gente me refiero a mí y cuando
digo alienado en realidad quise decir alienado.
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