Son las 6:44 y casualmente no
puedo dormir. Ella es una gran fan de esta ciudad; y eso no es lo que me rompe
el corazón. El vino es tan dulce. Un par de copas más cerca de ti. No tengo
idea de porque mi se quedó atrás. No conozco este lugar, pero creo saber lo que
sucede. Las manos se atrofian, el cerebro perece y el momento que creíste
brillar más. Resulta ser un silencio incomodo en una lavandería cercana a la
universidad.
¿Somos acaso los únicos con
sentido en este pedazo de terruño, que va calando entre las lluvias y marzo?
Justo antes de que comience la función
me preguntas que como me he sentido en los últimos días; me gusta corregirte
porque lo que estamos viviendo, no es de ninguna manera el final. Esto es el
comienzo, el amanecer, el fin de la soledad; también puede ser una especie de
soledad compartida.
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