Ayer le vi por última vez, las multitudes se marchaban a la
par y yo seguía simplemente por inercia, pues no quería perderle. Todo me resultaba extremadamente triste, desde la
gente cantando y gritando, hasta la luna que en especial estaba muy bonita,
pero triste.
Después de todo, no es tu partida lo que me pone mal, es la
manera en que has decidido marcharte, así como si nada importara, como si todo simplemente
pudiera olvidarse. De alguna manera sabía que esto era así, pero no hay vuelta atrás.
El verte, el saberte desaparecer entre las puertas de un
taxi, el gesto de no remordimiento, todo eso es lo que me preocupa durante los
insomnios, porque creo que simplemente somos una extraña aberración surgida de
todos los clichés que se van desplazando por la ciudad.
De cualquier manera, cualquier cosa que intentes, ya pasó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por un momento piénsatelo bien.