Yo quería escuchar todo lo que tuviera que decir respecto a cualquier cosa, desde los sutiles tonos de
la comida diaria; hasta las pláticas con tintes metafísicos. Lo mejor en este
caso, son los silencios, el decir su nombre tantas veces como fuera posible con
el mayor silencio, eso bastaba; bastaba para que la noche se torne amena, entre
tanta contaminación y ruido-noche.
Pero de pronto la vida nos dio un gran bocado y quedamos a la
deriva, esperando que este naufragio de oficina sea el último paso antes de sentarnos
a disfrutar; los días, oh los días; cuantas estupideces se cometen durante su espera
y peor aun creyendo que los días son la finalidad del intrínseco que llevamos
atorado en la cabeza.
Sálvame, sálvame, sálvame; cuando digo sálvame me refiero a
que puede ser cualquier día, incluso miércoles. Nunca termine de entender del
todo, como es que la gente termina lidiando con sus vidas y sus trabajos y los
espacios de oficina llenos de más espacio y más gente y más ruido que termina
siendo un espejo bien grandote.
1 comentario:
El Diego refiriéndose a Mandingo:
http://images3.wikia.nocookie.net/__cb20130222092822/lbdl/es/images/1/17/Mandingo.jpg
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Por un momento piénsatelo bien.