muéreme lento y con palabras cargadas de suplicio. muéreme
despacio y sin la menor provocación. muéreme un lunes, martes, incluso viernes.
muéreme porque no sé cómo se siente hacerlo a través de ti. muéreme ahora, o
calla para siempre; aunque también puedes callarte ahora y ver como sucede. muéreme
exactamente como sabes hacerlo, porque llevas en las clavículas la marca de cómo
se siente.muéreme, pero muéreme ya; deja para después los formalismos y
trivialidades, las situaciones de café y platicas ocasionales. ve directo al
plato fuerte, pues si hay algo que detesto es que la comida se enfrié.
Pero sobre todo, muéreme tú; porque quiero que lo haga
cualquier persona, quiero que seas tú en específico, así que adelante, dispara
valiente.
1 comentario:
De cuando uno se encuentra en la orilla de la barda.
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