Todo este tiempo he estado
escribiendo para mí, para la gente que conozco cada día en situaciones
aleatorias como la parada del camión; para los recorrido largos, cortos y
nulos; para las situaciones incomodas que suceden en mi casa; los domingos, escribo
para los domingos y los martes; para tratar de calmar mi hiperactividad, para
pasar la vida. todo este tiempo la realidad se ha estado volviendo un poquito
digerible, misma situación que sucede con mi renta.
Algunas veces, cuando llego a
casa lo único que quiero es dormir, dormir mucho. toda la noche y día están esperando
por mí para dormir, de nuevo. luego viene esa especie de depresión por dormir
mucho, es una especie de resaca que me gusta compartir con mis amigos. ellos no
entienden a lo que me refiero realmente, pero fingen que lo entienden y yo
finjo que todo es mejor.
Hay todo tipo de situaciones que
me resultan detonantes; yo mismo creo ser un detonador, pero no del tipo
creativo, más bien del tipo que uno quisiera haber no dicho hola al primer
momento.
En tardes donde el calor es el
compañero inseparable y el absurdo de una enfermedad relacionada con las bajas
temperaturas, uno se cuestiona que es lo que está haciendo mal realmente; si es
que está haciendo algo.
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