Me pasa que la ciudad se ve
distinta y donde me esperan, solo llevare desilusión. no hay más, por favor continúe.
No hay lugar para nosotros en el
infierno, tan solo nos queda la plaza frente a la iglesia. Nadie entiende lo que digo, me
ponen cara de espanto. no sé como volver a casa, es decir no tengo nada, absolutamente
nada. estoy solo. Solo tengo una promesa, una que me aguarda para el lugar y
momento adecuado.
No sé nada de los niños, ni de lo
que hablan otras personas, las esperas – o mejor en singular, la espera- a mí
nadie me espera. Nadie ayuda mi no promesa, mi no recorrido.
He muerto y no me he dado cuenta.
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