Te escribo desde la noche, la
noche estrellada. Desde ningún lado en específico. Te escribo desde mi estado
natural, apartado siempre, perdido en la oscuridad, con un ruido infernal a mi
alrededor, donde murmuran voces de personas que no conozco.
Tengo una sensación vaga en la
garganta. Pronto terminara y cuando suceda me sentiré extraño en la ciudad,
perdido y añorando regresar a mi domingo suave.
Con tus distancias menguadas y tu
as de sorpresa, ojala que tu nombre me sorprenda de pronto y que nada mas
importe a partir de ese momento.
No sé donde me encuentro, pero no
me importa porque siempre he estado perdido.
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