Nunca terminaré de comprender el sentido de pertenencia. Creo
que cuando estamos no-consientes de nosotros es cuando realmente nos
pertenecemos como tales. De niños cuando corremos y tumbamos las cosas. Luego cuando
se tiene una etapa más clara, de las cosas que suceden a tu alrededor, uno pasa
a pertenecer a los padres. Al menos así fue en mi caso. Y andas por el mundo perteneciéndole
a todos, menos a uno mismo. Tienes por ejemplo, los grupos que se forman en el
receso mientras comes tu almuerzo, las tardes de juegos, el futbol – que odio-
con los amigos de la calle, los paseos vespertinos en alrededores concurridos y
esporádicas visitas a lugares no conocidos.
A veces siento que es como un pasillo, en el cual uno se va
desgarrando poco a poco entre tantas “púas sociales” y al final, ya no sabes a
donde debes regresar cuando te alcance el shock de la vida.
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