Nunca voy a terminar de
comprender a esos locos, que se la pasan gritando y maldiciendo el fin del
mundo. Así como nunca voy a comprender
lo que sucede en la ciudad, es decir el caos esta todo ahí y la gente tan
tranquila. Algunos sujetos simplemente nacen para acomodar su peinado.
-Sinceramente creo que terminare acorralado
entre tus mejillas y una canción de devendrá banhart-
El exceso de canela me ha vuelto
una especie de maniquí. La noche no es la misma desde que he decidido irme. La
urbe se ha vuelto un juego, uno que conoces y dominas. Sin embargo, me he de
pasar los bares y las conversaciones en un modo furtivo, a manera de saber que
en cualquier momento alguien pudiera suponer que sabe de mí. Por mi parte, yo
no sé de nadie. Ni un carajo. No es algo que me importe, solo quería aclarar el
punto.
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