A veces creo que la vida me habla, ya saben como a esos
tipos que comen hongos y en medio de su viaje dicen que les habla el hongo;
pues algo así va el asunto. Aunque de la vida no espero nada y ella no espera
nada de mí, tenemos una relación un tanto dinámica y nos gusta sorprendernos
mutuamente. Supongo que mi vida, la estoy viviendo en cursivas. Lo digo porque,
como a la mayoría de las situaciones que
están pasando, no las entiendo. Están sucediendo de prisa y todas juntas. A lo
lejos podría verse muy bien, pero realmente no entiendo el asunto.
Supongo que una de las ventajas de que todo suceda de prisa
es que no tengo que pensarme las cosas con detenimiento, aunque eso podría ser también
una desventaja.
En conclusión: la vida es una bastardilla
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