No puedo reprocharlo de ninguna manera. Esto era una
posibilidad desde el comienzo. “no he tenido ningún sentido del paso del
tiempo, desde que comenzó todo esto”. Podría decir que lo veía venir, pero no
es algo con lo que uno quiera vivir a cada paso. Madrugadas sin ningún rumbo en
mente, eso suele sucederme. Ser errante es una opción viable cuando llega el otoño.
Quisiera tener en mente que existe algún detalle que deje pasar y todo esto simplemente
tiene que reiniciar. No somos nosotros asistiendo
a una expo sexo, ni la ciudad pervirtiendo
nuestras almas. Es algo más profundo que el capitalismo que sueles amar,
la economía de nuestros corazones va a la baja, ya nadie cree en nosotros, en
especial yo.
Salir y dar vueltas entre la gente que tiene algo definido
en mente ya es una opción. He tenido algunas charlas entre los pasillos de la
escuela. ¿Donde he estado metido toda mi vida?
Luego siento que si pongo un poquito de atención, me daré
cuenta que estoy haciéndolo todo mal. No es que sea una mala persona. Lo soy
brevemente, cuando la situación lo amerita.
Creo que he comenzado todo al revés.
Odio rasurarme. Que mi bello fácil crezca de manera
deficiente. Los buenos cortes de cabello que suelen tener todos, excepto yo. El
medio día. Odio el antitranspirante. El grip viejo de la raqueta. La no
sorpresa. La sorpresa y lo que conlleva.
En algún momento siento que todo llegara de golpe. Por eso
me gusta escribir a máquina, uno puede ir viendo el peso de lo que teclea. Es más
centrado lo que uno hace. Tiene una especie de performatividad.
El punto aquí es que estoy como perdido. Me voy encontrando
todas las cosas que la gente pierde, la decencia, el tiempo, los espacios y
agregados materiales.
Cuando se pierdan, chance y nos encontramos. Incluso podríamos
tener una especie de reunión.
Tal vez y solo tal vez, si decides asistir, podría ser
eterno.
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