He tratado de decírtelo desde hace tiempo ya, pero te
encuentras tan ocupada ignorándome y no te das cuenta de lo que digo. Es por
eso que tengo un malestar, es uno que no se quita con pastillas. He intentando
con recetas naturistas pero creo que eso no es lo mío. He anclado todo lo que me
trae recuerdos y lo he enviado al fondo del mar, pero siempre regresa a mi por
las noches. Si tengo algo de suerte para cuando llegue estaré dormido.
Hable con alguien acerca de ti, aunque fue mera cortesía
pues quería devolverte un viejo libro. Me ha dicho algo sobre que eres bonita, aunque
eso ya no me interesa. Como siempre suelo intentar poco las cosas, me he decidió
por un sepulcro más formal y sé que seguirás buscándolo desde el comienzo hasta
el fin.
Salí a caminar por la ciudad desojando tu recuerdo en cada
lugar que solía significar: algunas noches en vela, unas risas y unas miradas. Pero
como he terminado el libro y aun me quedan algunos lugares por recorrer decidí
escribirte una carta.
La próxima vez que decidas tu indecisión, ten en mente que no
se puede andar impune por la vida.
Después de todo mírame.
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