Hemos cruzado la mirada dos veces, pero no hay nada más. Antes que despierte, quiero llevarle un recuerdo agradable, uno que le haga sonreír. Uno que le aleje de la realidad en la que está atrapada. Una tarde lejos de aquí y cerca de la tranquilidad. Le he enviado una carta pero no me ha respondido. Probablemente es una mala idea. Después de todo nunca puedo reconocerlas en cuanto se me presentan. Le diría algunas cosas que nunca le pude decir. Para comenzar le pediría algo de calma. No tendría porque tratarme así, es decir creo que somos adultos. Me perdería de regreso entre la gente. Me asfixiaría el saber que la gente me escucha. Podría encontrarle cruzando una calle, mientras el semáforo esta en rojo y el ipod cambia de canción. Sería algo como un silencio con el ruido ambiente. Estaría en medio del camino listo para ir a cualquier lado. Nada ha salido así. Pues cuando cruzaba la calle ella me ha visto de lejos. Se ha volteado en otra dirección, y aun cuando grite su nombre no me ha escuchado. Decidí pasar de largo. no sé qué fue lo que paso, probablemente nada importante.
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