Pudiste haberle conocido por medio de tus amigos o en una reunión.
Aunque probablemente lo recuerdas de
tiempo atrás… lo recuerdas distinto,
pero siempre sonriendo. En una de tantas salidas el puedo haberle confesado lo
que sentía por ti. Si alguien te llegase a preguntar por él, lo único que podrías
limitarte a decir seria “es el tipo del pantalón rojo”
Lo verías a diario hacer sus trucos en tabla, mientras cansada
ojeas tu libro de historias de Bagdad. Su
mente esta de lleno en cada movimiento y en la coordinación ojo-musculo. Tu mente
está perdida entre la arena y el olor a sangre.
Podrías haber intentado varias veces narrarle algún fragmento
interesante, pero él se negó.
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