Creo que desde el principio fue todo muy extraño. Pues apareciste
mágicamente ante mí. Estoy seguro que yo te llame, pues nunca sé qué hacer cuando pierdo la cabeza en
situaciones similares. Estúpidamente te invite un café, pero justo en ese
momento recordé que no bebías café, así que fue limonada. Esa noche antes de
que llegaras ojeaba el periódico y veía las discusiones generadas por el
ambiente. Después huimos para dirigirnos a casa. Es extraño porque aunque
vivimos por el mismo rumbo nunca coincidíamos. Es como una especia de ironía de
la vida. Las siguientes veces todo fue difuso, recuerdo los parques las caminatas
y las bancas, los helados y los niños pequeños. Y por supuesto a perro. Siempre
llegabas como de repente aunque te esperaba desde hace tiempo. Una noche tenías
una sonrisa dibujada, venia acompañada de unas palabras. Alguna otra vez recuerdo
que grite tu nombre, y justo ahí no sé si después estuvimos tirados en medio de
la nada o fue después de ver un poco el cielo y reflexionar. Los columpios me
marean pero si quieres puedo cargarte. Pronto llega el invierno. Puedes no
saberlo o puedes esperarlo. Tengo algunas cosas no muy en claro, pero de eso se
trata todo.
31.10.11
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