Esta noche justo he querido dejarte una nota en la
servilleta de la cerveza, mientras tu cara trata de disimular la sorpresa
e incomodidad que acompaña nuestra
charla. Un tipo se ha ofrecido a cuidar nuestras pertenencias y la mesera pasa
de largo en cada momento que levanto la mano para ordenar algo más.
Hoy puede ser la noche de un día cualquiera en algún bar
predilecto entre los que tantos solemos errar. Hay música de fondo y no sabemos
bien que estamos escuchando, probablemente algo que no conocemos y que
rechazamos inconscientemente
Somos cuánticos
Nos queremos al mismo tiempo, no
importa si el día o la noche; si la lluvia o el sol nos azotan de imprevisto mientras
nuestras magnitudes se esfuman. Nuestra pasión nos destruye, nos va
desmembrando, nos lleva al nivel básico de nuestro encuentro, nos arrastra a un
lugar donde siquiera la luz escapa con vida. Vamos como brincando y teniendo el
extrañamiento que acompaña cada cambio, con la única certeza de sabernos perdidos
el uno en el otro, y las magnitudes no comprenden nuestros alcances.
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