Toda ausencia implica un viaje, un recorrido de alejamiento.
Lo nuestro es un trayecto sin escalas entre nacer y morir. Desde el momento primero uno se vuelve ausente, luego, esa ausencia se va acrecentando, se presenta al final del recorrido. Somos cambiantes, fluctuamos entre positivos y negativos, partidas y llegadas. Tratarnos de llenarnos con todo lo que nos rodea y al final, en el momento clave, resulta que uno tiene que aligerarse para llegar.
Lo nuestro es un trayecto sin escalas entre nacer y morir. Desde el momento primero uno se vuelve ausente, luego, esa ausencia se va acrecentando, se presenta al final del recorrido. Somos cambiantes, fluctuamos entre positivos y negativos, partidas y llegadas. Tratarnos de llenarnos con todo lo que nos rodea y al final, en el momento clave, resulta que uno tiene que aligerarse para llegar.
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