Las sonrisas siguen su curso mientras cae la
tarde. La noche amenaza – como siempre- lo poco que queda de nuestras siluetas.
No tengo idea de ti, ni un rastro palpable. Alrededor la hierba sigue su
itinerario. En esta época del año, la calle suele tener un solo sentido, así
que cuando lo terminemos de recorrer, no tendremos lugar al cual regresar.
Sabes, por las noches
cuando pienso que se ha extraviado, decide darme una sorpresa y aparecerse en
mi balcón. No puedo cambiar su naturaleza, suele traerme aves muertas y ratones
agonizando. Mientras termino mi cigarrillo sueló conversar sobre la vida.
¡Oh Sebastián! ¿Qué voy a
hacer con ella?
Si de golpe olvido las
tardes que llevo conmigo, si una amnesia emocional se hace presente y no tengo elección.
¿Qué voy a hacer? Me conoces
mejor que yo
Sabes, ya no me quedan
recuerdos. Me queda una mutación, un suceso alterado miles de veces. He intentado
–realmente- pero no logro nada.
Supongo que desvanecer es
una forma de viajar.
No estaré muy seguro del
todo, pero me quedaré unos momentos.
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