En el mundo de las apuestas, no
hay nada peor que alguien que no sabe cuando retirarse. Algo parecido sucede en
la vida, las situaciones suelen tener dos caras. Se puede tener una sensación vacía
de saber que todo estará bien, a la par de una sensación de un desastre
inminente. De pronto tuve la necesidad inminente de correr en dirección contraria,
donde sea que me encontraba había un zacate de maravilla. El chofer del bus sabía
mi nombre de pila, supongo que eso está bien. El estilo de vida en esta ciudad
va terminar por matarme. Mis amigos esparcidos
por ahí, mientras beben como solo ellos saben hacer.
Si me lo pienso bien por unos
momentos mientras espero en la estación, creo que he olvidado apagar el
calentador.
Creo que cosas buenas están por
venir, eso o creo que debo retirarme.
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