Hay un tipo en la
oficina, que puede golpearse diez veces seguidas en la cara antes de
desmayarse.
Me gustaría tener un talento, mas allá de pasar
desapercibido entre la gente del autobús. Que la gente no me brinque en la
fila, cuando justo es mi turno. Una habilidad un poco más interesante que
preparar buen café.
En intervalos del día me gustaría vivir de clichés, así
tendría una idea de donde podría terminar en unos años. Bailaría en cualquier
momento con alguna vieja canción que va subiendo de volumen.
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