¿Te acuerdas de cuando solías
vivir conmigo?
Que siempre estábamos tirados en
la alfombra del cuarto fumando marihuana, decías que querías una casa en agua
fría, porque te gustaba mucho la tranquilidad de la zona y la vieja iglesia
blanca. En las noches salir a pasear en el auto de toldo desmontable. La plaza
que casi siempre estaba sola, donde enfrente había un gran árbol al cual le
contabas tus secretos, le decías que me amabas mucho. Un día lo derribaron y
comenzaste a llorar, vi que tenías una foto de nosotros con girasoles de fondo.
Tenías una cara de angustia, llorabas porque ya no tendríamos nuestro
escondite, te dije: “todo está bien”. Luego comimos un elote de esos que venden
por ahí, fuimos a la plaza y vimos el río pesquería, que ya apenas
estaban canalizando.
Fuimos a esa casa abandonada y
antigua que está enfrente, que solo es la fachada. Recuerdo cuando caíste y te
llenaste de tierra. Después de eso en el camino de regreso a nuestra casa en
pesquería, cuando llegamos al puente descubrimos que estaba derrumbado, el
huracán acabo con él y decidimos quedarnos a dormir en la plaza.
Recuerdo que cuando dormías como
a eso de las 3 de la mañana comenzaste a gritar y te dije:
“¿Qué pasa?”
Y respondiste:
“¡Nada, nada!”
Pero luego me golpeaste, y
desperté. Me di cuenta de que todo fue un mal viaje, porque aun estábamos en la
alfombra del cuarto, estabas a mi lado y yo estaba al lado tuyo.
Te veías tan tranquila;
durmiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por un momento piénsatelo bien.