Estoy pensando seriamente los problemas de coexistir en el
mismo plano. No es que sea dramático pero ya cámbiate de dimensión. No quiero
que sea algo cercano pero paralelo, quiero que sea bien lejos. Algo donde
intervengan muchos años y edificios, por si algún día mi corazón siente la
debilidad de buscarte.
Lo mejor en estos casos, es como siempre la distancia de
tiempo, no la tradicional de vivir a unas calles el uno del otro, si no la
distancia que solo el tiempo puede dar.
La ciudad se ha vuelto un lugar más interesante, lo más
seguro es que siga igual solo que ya le pongo más atención. Son como engranes
funcionando en sus tiempos y en sus lugares. Si ponemos tantita atención podemos
ver nuestro recorrido preestablecido.
A veces creo que el amor de mi vida me paso de noche, y no
pude darme cuenta de lo que sucedía realmente. No me di cuenta de los lugares
que visite, las comidas que comí y las cosas que dije. Las situaciones las
recuerdo levemente, pero no lo tengo todo tan claro, porque así es la
noche. Me gusta pensar que así nos pasa
a todos, pero no estoy muy seguro.
Luego me gusta creer que viene el amor de tu vida, el que te
pasa de día el que te hace darte cuenta de las cosas que suceden y de cómo suceden.
En el que estas consciente todo el
tiempo y lo disfrutas, porque no hay ningún factor que pueda distraerte que sea
importante.
Pero luego me imagino que pasan como sus eclipses que nunca
dejan a uno disfrutar de manera completa lo que sucede.
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