Hoy me voy a dar un tiempo para escribir, para detenerle el
ritmo a lo ajetreado de la vida. Pondré música suave, y las palabras que mi
mente capto a lo largo del día irán saltando solitas al espacio en blanco. Se aferraran
con tal fuerza a la hoja que no podre quitarlas ni aunque quisiera. Entre todo esto que viene pasando palabras
llegan en momentos inesperados. Como cuando por suerte encuentras algún libro
olvidado y al abrirlo encuentras la frase:
“haz lo que tengas que
hacer”
Las razones te van a comer el cerebro. O algo así dicta la
norma de vida. Alguna vez les dije que mi vida no gira en torno a nada en específico. Es decir no gira
alrededor del diseño, ni de las cosas que me pasan en la escuela. Las situaciones
de estrés que tanto me encantan. Las incomodidades que ocasiona la gente. O ese
delicado y sutil perfume que llevas con tu alma. No. Para ser especifico ni yo sé
en torno a que se desarrolla. No me preocupa, en las noches puedo dormir tan
tranquilo como la mayoría de las noches.
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